Una vez que conocemos la textura del suelo, el siguiente paso importante es comprobar su drenaje, es decir, su capacidad para evacuar el exceso de agua. El drenaje del suelo influye directamente en la salud de las raíces y en el desarrollo de las plantas.
¿Qué es el drenaje del suelo?
El drenaje es la mayor o menor facilidad que tiene un suelo para evacuar el agua, ya sea por escurrimiento superficial o por infiltración profunda. Un mal drenaje puede provocar que las raíces se asfixien, aumentando el riesgo de enfermedades y pudriciones.
¿Cómo saber si el drenaje es bueno o malo?
Existen varios métodos sencillos para evaluar el drenaje de tu terreno:
- Si después de una lluvia o riego se forman charcos que permanecen varios días, es un claro síntoma de mal drenaje.
- Realiza esta prueba: cava un hoyo de unos 60 cm de diámetro y 60 cm de profundidad, llénalo de agua y observa. Si después de unos días queda agua en el fondo, el drenaje es deficiente.
- Otra señal: al abrir una zanja de unos 50 cm de profundidad o más, si observas que el suelo tiene un color gris, verde o gris con manchas rojas, significa que esa zona permanece saturada de agua parte del año.
¿Cuándo hay más riesgo de problemas de drenaje?
- Cuando el suelo es arcilloso, ya que retiene más agua.
- En áreas planas o cóncavas, donde el agua tiende a acumularse.
- Al pie de pendientes, por la acumulación de escorrentía desde zonas más altas.
¿Cómo mejorar el drenaje del suelo?
Existen varias estrategias para mejorar el drenaje y evitar encharcamientos:
- Moldear el terreno, dándole pendientes suaves para que el agua escurra hacia un lado.
- Nivelar el suelo para eliminar hondonadas o depresiones donde se pueda acumular el agua.
- Colocar canaletas o zanjas al pie de zonas con pendiente para recoger el exceso de agua.
- Abrir un hoyo o pozo de drenaje, también conocido como pozo de infiltración, donde el agua pueda filtrarse lentamente en profundidad.
¿Qué hacer si tenemos un mal drenaje en el jardín o huerto?
Si el drenaje del suelo es deficiente y algunas formas básicas de mejorarlo moldeando el terreno. Sin embargo, en ciertos casos estas soluciones no son suficientes y es necesario tomar medidas más específicas.
¿Cómo instalar un sistema de drenaje en el suelo paso a paso?
Como ya comentamos anteriormente, cuando el terreno presenta mal drenaje y las soluciones superficiales no son suficientes, la mejor opción es instalar un sistema de drenaje en el suelo. Este sistema ayudará a evacuar el exceso de agua, evitando daños en tus cultivos y mejorando la salud general del jardín o huerto.
¿Cómo se instala un sistema de drenaje en el suelo?
Lo podremos realizar de la siguiente manera. A continuación, te explicamos los pasos básicos para llevar a cabo esta tarea, acompañados por un vídeo explicativo que te recomendamos observar para entender mejor el proceso.
📽️ Observen el siguiente vídeo:
Para obtener todos los elementos necesarios para instalar un drenaje en nuestro jardín ves haciendo click en los siguientes enlaces de a continuación:
Tubería corrugada geotextil para drenaje
Grava gruesa para drenaje
Grava fina para drenaje
Arena de drenaje
Pasos principales para la instalación:
- Identificar las zonas con mal drenaje
Antes de comenzar, es fundamental detectar los puntos del terreno donde el agua se acumula con mayor frecuencia. - Diseñar el sistema de drenaje
Decide si vas a usar un drenaje superficial (canaletas, zanjas) o un drenaje subterráneo (tubos perforados). También puedes combinar ambos. - Cavar zanjas
Realiza zanjas con una ligera pendiente (entre el 1% y 2%) para facilitar el flujo del agua. La profundidad dependerá del nivel freático y el tipo de suelo. - Colocar material filtrante
En el fondo de la zanja, coloca una capa de grava o piedras pequeñas, que ayudará a filtrar el agua antes de que entre en los tubos. - Instalar tubos drenantes
Coloca tuberías perforadas envolviéndolas en una malla geotextil para evitar que se obstruyan con sedimentos. - Cubrir con más grava y tierra
Rellena la zanja con más grava hasta cubrir los tubos, y luego con tierra hasta nivelar el terreno. - Dirigir el agua a una salida o pozo de infiltración
El sistema debe tener una salida adecuada para evacuar el agua, ya sea hacia un pozo de drenaje, una canaleta exterior o un punto bajo del terreno.
Instalar un sistema de drenaje puede parecer complejo, pero con una buena planificación y siguiendo estos pasos, conseguirás un terreno saludable y apto para cualquier cultivo.
¿Por qué es importante conocer la profundidad del suelo en tu jardín o huerto?
Hasta ahora hemos visto la importancia de la textura, el drenaje y el diseño del terreno. Pero aún hay otro factor clave a tener en cuenta antes de comenzar a plantar: la profundidad del suelo.
¿Qué es la profundidad del suelo y por qué importa?
La profundidad del suelo es una de las propiedades físicas fundamentales que debemos considerar al planificar un huerto o jardín. Esta propiedad determina la cantidad de espacio disponible para que las raíces se desarrollen, absorban agua y nutrientes, y anclen correctamente las plantas.
¿Cuál es la profundidad mínima recomendada?
Según los especialistas, una profundidad de 0,60 metros es la mínima recomendable con vistas a la producción. Por debajo de esta medida, las raíces pueden encontrar limitaciones que afecten el crecimiento y rendimiento de las plantas, especialmente si hablamos de especies hortícolas o árboles frutales.
¿Cómo determinar la profundidad del suelo?
Hay varias maneras prácticas de hacerlo:
- Abrir un perfil del suelo: consiste en hacer una excavación vertical de al menos un metro de profundidad, lo que nos permitirá observar directamente los horizontes del suelo y detectar posibles limitaciones como capas compactas, rocas o zonas con mal drenaje.
- Usar una barrena o sonda de suelos: esta herramienta profesional permite extraer muestras del subsuelo en profundidad sin necesidad de excavar, siendo especialmente útil en espacios reducidos o cuando queremos estudiar varios puntos del terreno.
¿Qué hacer si la profundidad útil es insuficiente?
Si descubres que la profundidad de tu suelo no alcanza los 60 cm recomendados, no te preocupes. Hay soluciones:
- Utiliza bancales elevados o camas altas, añadiendo suelo fértil y sustrato por encima del nivel natural del terreno.
- Opta por cultivos con raíces poco profundas, como lechugas, acelgas, cebollas o aromáticas.