La plantación adecuada de un arbusto es esencial para su buen arraigo y desarrollo saludable. Para asegurar el éxito, debemos atender tanto al tipo de arbusto como al momento del trasplante, la preparación del suelo y los cuidados posteriores.
Época de plantación según el tipo de arbusto
- Los arbustos de hoja caduca se deben plantar durante su periodo vegetativo, es decir, cuando han perdido las hojas y la savia permanece inactiva.
🔹 Mejor momento: otoño, entre octubre y noviembre. - Los arbustos cultivados en maceta se pueden trasplantar en cualquier época del año, excepto en verano, ya que las altas temperaturas exigirían riegos constantes y la planta sufriría estrés hídrico.
- Los arbustos de hoja perenne se plantan preferentemente en septiembre o a principios de primavera.
Preparación de la planta antes del trasplante
- Si el arbusto es de raíz desnuda, se debe plantar cuanto antes.
Si hay que retrasar el trasplante, se debe tapar las raíces con tierra húmeda y guardar a la sombra, colocando la planta tumbada. - Antes de la plantación:
- Sumergir las raíces o el cepellón en agua durante varias horas.
- Revisar y cortar raíces secas o dañadas.
- Podar la parte aérea para equilibrar la pérdida radicular:
- Los arbustos con yemas terminales no se podan.
- Los que florecen en verano u otoño requieren una poda severa.
Preparación del hoyo
- Cavar un hoyo de 30 a 50 cm de profundidad, dependiendo del tamaño del arbusto.
- En el fondo del hoyo añadir turba o compost triturado como materia orgánica para mejorar el enraizamiento.
Plantación
- Colocar el arbusto en el centro del hoyo con el cepellón húmedo.
- Rellenar con tierra suelta mezclada con compost.
- Presionar ligeramente para eliminar bolsas de aire.
- Formar un pequeño alcorque para facilitar el riego.
Cuidados después de plantar
- Riego frecuente durante las primeras semanas para evitar estrés hídrico.
🔸 Cada riego debe aportar aproximadamente 10 litros de agua por planta. - Al menos una vez al año, realizar un riego profundo:
- Cavar un pequeño hoyo junto al arbusto.
- Rellenarlo varias veces con agua para garantizar la humectación del perfil radicular.