Una vez hemos corregido el suelo mediante enmiendas físicas y químicas —como el aporte de estiércol, compost, cal o azufre, según el caso—, llega el momento de realizar las labores del suelo que permitirán una siembra eficiente y un buen desarrollo de las plantas.
Estas labores deben ejecutarse en el orden adecuado, y con los instrumentos correctos, para obtener un terreno mullido, aireado y nutritivo.
Labores de suelo: cuándo y cómo realizarlas
📅 Épocas clave
- Principios de noviembre: ideal para labrar la tierra tras las primeras lluvias otoñales.
- Primavera: para preparar la tierra justo antes de sembrar los cultivos de temporada.
Desbroce
Antes de cualquier labor profunda, se debe realizar un desbroce del terreno. Esto implica:
- Seleccionar la vegetación que deseamos conservar, marcándola con una cinta azul.
- Proceder a la tala o eliminación del resto, especialmente malas hierbas, matorrales y plantas no deseadas.
Este paso garantiza que el terreno esté limpio y libre de competencia vegetal indeseada.
Labores de fondo: el subsolado
El subsolado es una labor profunda del suelo que:
- No voltea la tierra, sino que la mueve de forma radial.
- Mullido total del terreno si se realiza cruzado.
- Usa púas de 0,5 m a 1 m, alcanzando esas profundidades.
- Es esencial en zonas donde se plantarán árboles o arbustos, que requieren una profundidad efectiva para desarrollarse.
📌 Consejo: El subsolado debe realizarse antes de cualquier labor superficial.
Labores superficiales
Las labores superficiales trabajan entre 5 y 12 cm de profundidad, con los siguientes fines:
- Preparar el lecho de siembra.
- Airear las capas más cercanas a la superficie.
- Enterrar los abonos de fondo.
- Corregir la irregularidad del terreno tras el subsolado (queda alomado y duro).
🔧 Herramientas habituales en terrenos especialmente grandes:
- Arado de discos
- Fresadora
- Cultivador
- Rastrillo
Estas labores permiten que las raíces encuentren un medio suelto y nutritivo desde el inicio.
En el caso, que tenemos un pequeño jardín o un huerto, se realizarán las siguientes labores para la preparación del suelo para la siembra o plantación:
La preparación del suelo para la siembra o plantación en un pequeño jardín con maquinaria de jardinería implica una serie de labores específicas que permiten acondicionar el terreno para que las plantas crezcan de manera saludable y eficiente.
🔄 Labores del suelo en un pequeño jardín (con maquinaria de jardinería)
1. Desbroce o limpieza superficial
- Finalidad: eliminar maleza, residuos orgánicos y restos de cultivos anteriores.
- Maquinaria recomendada:
- Desbrozadora eléctrica o a gasolina.
- Soplador de hojas (opcional).
- Cortacésped (si hay césped viejo).
Para obtener la maquinaria indicada haced click, a continuación:
Desbrozadora
Sopladora
Cortacésped
2. Labranza o remoción del suelo (roturación)
- Finalidad: aflojar la tierra, romper terrones, airear el suelo y facilitar el crecimiento radicular.
- Maquinaria recomendada:
- Pase con motocultor, que se puede hacer cruzado (dos veces)
- Ideal para terrenos de hasta 200–300 m².
- Permite una profundidad de labranza de 20 cm hasta 35 cm
- Pase con motocultor, que se puede hacer cruzado (dos veces)
Consiga la maquinaria necesaria haciendo click, a continuación:
Motocultor
3. Incorporación de enmiendas y fertilizantes
- Finalidad: corregir deficiencias del suelo, mejorar la fertilidad y estructura.
- Materiales usados:
- Compost, estiércol maduro, turba, humus de lombriz (se puede esparcir con una pala utilizando una carretilla)
- Fertilizantes orgánicos o minerales según análisis.
- Maquinaria recomendada:
- Primero se usa un esparcidor de fertilizante manual o con ruedas.
- Luego se hace un pase con motoazada o fresadora a una profundidad de 15-25 cm para incorporar dichas enmiendas orgánicas (estiércol maduro, compost, turba o humus de lombriz) quedando la tierra abonada además de preparada para nuestra plantación, siembra o trasplante.
- Si se quiere incorporar al terreno abonos o fertilizantes químicos en lugar de abonos orgánicos (estiércol) se podrán aplicar estos haciendo uso de un cultivador (no se pasa la motoazada y se pasa el cultivador). También se puede pasar la motoazada en lugar del cultivador después de aplicar el abono si la tierra no se encuentra bastante suelta.
La maquinaria que se usaría para realizar las labores sería, por ejemplo, la siguiente:
Esparcidor de fertilizante
Motoazada
Cultivador
Compost
Abono universal (NPK equilibrado)
Abono ecológico granulado
Abono triple 15 (NPK)
EN RESUMEN:
- Primero desbrozamos el terreno, eliminamos las hojas caídas y cortamos el césped
- A continuación, pasamos el motocultor (mejor dos veces- pase cruzado, en diagonal)
- Aplicamos el abono orgánico o el abono químico que queramos usar con un esparcidor de fertilizante.
- Pasaremos la motoazada para incorporar bien el abono al terreno, desmenuzar bien la tierra y para que quede bien mullido el terreno, así como bien listo y preparado para poder plantar, sembrar y trasplantar nuestras plantas.
- Solo pasaremos el cultivador antes de la motoazada si nuestro suelo ha quedado con muchos terrones, en definitiva difícil de preparar, así como en el caso que solo queramos incorporar abonos químicos (NPK) (aplicaremos el abono y luego pasaremos el cultivador tras haber hecho un pase cruzado con motocultor).
Otra labor de jardín que se suele realizar es la siguiente:
🌿 Entrecavado: mantenimiento regular del suelo
Una vez instalado el jardín o huerto, se recomienda realizar el entrecavado, una labor superficial muy útil que se realiza habitualmente en los jardines para:
- Eliminar malas hierbas.
- Romper la costra superficial que se forma en suelos secos.
- Mantener una buena estructura del suelo sin dañar las raíces.
📌 Profundidad recomendada: entre 12 y 15 cm para evitar dañar el sistema radicular.
📅 Frecuencia:
- De abril a octubre: una vez al mes.
- Resto del año: dos veces en total.
Después del entrecavado, se recomienda realizar un rastrillado para nivelar la superficie.
🌼 Conclusión
La preparación del suelo es una etapa decisiva que, si se realiza correctamente, mejora la fertilidad, aireación y retención hídrica del terreno. Cada labor tiene su momento y función dentro del proceso de implantación de un jardín o huerto.